Apenas atravesamos las puertas del Lodge, nos llevan de inmediato al fin del mundo, cautivados por el espíritu salvaje y poderoso de la montaña. Un lugar aparte, donde la naturaleza está presente en todas partes, disponible con una elegancia pura y atemporal. Aquí se puede leer el rojo y el negro en las paredes decoradas con tartán, que aportan al hotel su calidez y también su espíritu de clan, empezando por el de la familia Sibuet. Un tejido cálido en colores naturales que nos indica que es hora de acampar. Paredes revestidas con troncos de madera, piezas escultóricas de secuoya, palos de suave cuero curtido que esperan a sus huéspedes frente a la gran chimenea decorada con grandes bolas de glaciar, te dejarás envolver en un instante por este lugar salvaje.